Muchas veces un cliente me dice que necesito preparar un testamento simple para que el
Estado no se lleve mis bienes. En algún lugar alguien comenzó este mito de que sin un testamento el Estado inmediatamente entra y toma su propiedad. Te puedo asegurar que eso no sucede. Lo que sucede es que las Reglas estatales de intestado determinan quién obtiene qué.
Para todos los bienes inmuebles (sin incluir su hogar principal, que está protegido como patrimonio familiar), este es el orden de distribución para alguien que fallece (el difunto) sin testamento:
Primero: Un cónyuge sobreviviente del difunto recibe todo el patrimonio si el difunto no tiene descendientes directos sobrevivientes (hijos, nietos, bisnietos, etc.).
Segundo: Un cónyuge sobreviviente del difunto también recibirá todo el patrimonio si el difunto tuvo descendientes que también son descendientes del cónyuge sobreviviente y ni el difunto ni el cónyuge sobreviviente tuvieron otros hijos.
Tercero: Si al difunto le sobreviven tanto el cónyuge como los descendientes directos y alguno de los descendientes directos no es también descendiente del cónyuge, entonces el cónyuge tiene derecho a la mitad de la herencia y los descendientes comparten el resto, por estirpes. .
Cuarta: Si hay descendientes directos pero no cónyuge superviviente, la herencia se comparte entre los descendientes directos.
Quinto: Si no hay cónyuge sobreviviente ni descendiente directo, entonces la herencia pasa a los ascendientes directos (padres, abuelos, bisabuelos, etc.) y parientes colaterales (hermanos, tías, tíos, etc.). Esto significa que si los padres del difunto están vivos, entonces tienen derecho a la herencia. Si los padres no están vivos, entonces la herencia pasa a los hermanos y hermanas del difunto y sus descendientes, por estirpe.
Por último, si ninguno de los herederos anteriores sobrevive, entonces la herencia pasa a los herederos de los abuelos del difunto, por estirpe, y la mitad de la herencia va a los parientes maternos del difunto y la otra mitad va a los parientes paternos del difunto. Si no hay parientes de un lado, todo el patrimonio pasa al otro lado.
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